Las cargas afectivas inútiles que nos pesan, frenan, desmoralizan y anclan en el pasado es a lo que llamamos basuras emocionales, porque al no desecharlas, contaminan nuestro presente y dificultan nuestro futuro. Por mencionar solo algunas, estas basuras son: quejas, resentimiento, rencor, mal humor, desánimo, rumores, juicios negativos, furia, rabia, menosprecio, cinismo, ofensas… Contagiamosemocionalmente a los demás y somos contagiados por ellos.
Tanto el hecho de acumular basura como el de soltarla indiscriminadamente para aliviar la tensión, son conductas irresponsables y poco inteligentes. La ansiedad, los celos, la preocupación, la agresividad, el afán de posesión y el egoísmo son contaminantes emocionales, basuras potencialmente tóxicas que es preciso manejar con prudencia y aprender a reciclar positivamente.
Los residuos emocionales deben eliminarse sin contaminar el medio relacional, sin intoxicar a los demás.
No permitir que la destructividad se instale en tu vida y sufrir hasta el punto de que no seas capaz de ver ni de vivir lo bueno y lo nuevo que vaya apareciendo en ella.
Actuar de forma impulsiva es herir a los demás utilizándolos como “contenedor de tu basura emocional”.
Somos responsables de auto-gestionar nuestras emociones caóticas y darles una salida NO violenta.
La recomendación a gestionar nuestra basura emocional, esto es, a examinarnos, reconocer emociones y tomar decisiones adecuadas para deshacernos de este tipo de basura, nos permitirá estar alertas y prevenir.
Usar el filtro de la prudencia, el autocontrol, la sensibilidad y la empatía.
Soy Alicia Michel Psicóloga y Master en Ecología Emocional. Cualquier duda puedes escribirme a ecoemociones@gmail.com