Las licuadoras son un gran invento! Pero si no las lavamos adecuadamente son una fuente silenciosa de problemas de salud para la familia. Se ha encontrado que el empaque de la licuadora (el aro de goma que mantiene en su lugar la parte que tiene las cuchillas) está en el tercer lugar de utensilios de cocina con gérmenes y las investigaciones muestran que a menudo alberga salmonela, E. coli, levaduras y moho*
La solución es sencilla: tenemos que desmontar las piezas del vaso y lavarlas cuidadosamente después de cada uso. SI! después de cada uso. Lavar con chorro de agua caliente, usar jabón de trastes y darle después de la enjuagada unas atomizaciones de agua oxigenada. Eso es todo! dejar que se seque y volver a armar.
No te olvides de lavar la base de la licuadora donde se atornilla el vaso con un trapo de microfibra húmedo impregnado de agua oxigenada.
Alicia Cárter, una lectora de Verde a la mexicana, nos comparte esto: «Les comparto mi experiencia esperando que sea de utilidad para alguien más. Yo desarmo la licuadora y lavo todas las partes, y la vuelvo a armar. En las siguientes ocasiones que la uso (y si no quedó muy sucia) le pongo un chorrito de detergente, la lleno a la mitad con agua, la tapo y la pongo a licuar nuevamente. Luego la enjuago y listo. Después de dos o tres usos más, nuevamente desatornillo y a limpiar cada parte. Funciona muy bien, a menos que estés licuando mole o algo similar que deje la licuadora muy sucia.»