No hay emociones buenas y malas, las emociones las valoramos así por un condicionamiento sociocultural, emociones como el miedo, por ejemplo, nos informan y alertan para que podamos tomar una acción de acuerdo a lo que ésta ha despertado en nosotros, por lo tanto actuamos en consecuencia.
La IRA, otra emoción, que podemos definir como emoción primaria, tiene la función de apartar los obstáculos que nos impiden obtener aquello que queremos. Nos educan bajo la premisa que la IRA es mala, y por eso tendemos a reprimirla.
El resultado es que la ira NO desaparece, se transforma en rabia, de ahí aparece el rencor, que poco a poco va dando lugar al resentimiento y éste da lugar al odio. Así, de tener una emoción primaria, se va gestando un sentimiento tóxico, dañino y destructivo, a causa de nuestra incompetencia emocional.
Cómo canalizar la ira
Aprendiendo a NOMBRAR lo que nos pasa, y analizar por qué un determinado obstáculo nos genera esta emoción, seremos capaces de canalizar la carga negativa que la ira nos aporta, a una forma constructiva, -esto es GESTIONAR- y así las alternativas que son numerosas y personales, como es respirar, hacer deporte, cantar, escribir, crear, ayudan a expulsar la parte tensional de la ira sin herir a nadie.
Hacerlo de otra forma, significa echar al ecosistema emocional una gran cantidad de residuos tóxicos que afectarán nuestro entorno y traerá como resultado una contaminación emocional.
Hasta la próxima! Soy Alicia Michel, Psicóloga y Master en Ecología Emocional. Cualquier duda puedes escribirme a ecoemociones@gmail.com